Sara Curruchich: A Voice of Resistance and Celebration at the Smithsonian Folklife Festival

On June 30, 2024, the Four Directions Stage at the Smithsonian Folklife Festival on the National Mall in Washington, D.C., was graced by the powerful presence of Sara Curruchich. This event, part of the Indigenous Voices of the Americas program, highlighted the rich cultural heritage and artistic contributions of Indigenous artists. Sara Curruchich, the first Indigenous Guatemalan artist to sing in Kaqchikel for an international audience, captivated everyone with her evocative performance.

Sara Curruchich’s journey as a musician is deeply rooted in her Indigenous heritage. Born in San Juan Comalapa in the midwestern highlands of Guatemala, Sara belongs to the Kaqchikel people, one of the many Maya communities. Her music blends rock, folk, and traditional Maya Kaqchikel elements, creating a unique sound that resonates with both contemporary and traditional audiences. Accompanied by marimba, bass, and percussion, her songs are a vibrant celebration of her cultural identity.

However, Sara’s music is more than just an artistic expression. It is a voice of resistance and celebration. In a country where 79% of Indigenous peoples live in poverty and educational opportunities are scarce, her songs highlight the struggles and triumphs of Indigenous women. Through her music, Sara sheds light on the systemic issues faced by her community, including poverty, lack of education, and a deeply ingrained machismo culture.

Sara’s music pays homage to her female ancestors and their resilience in the face of oppression. She sings not only for herself but also for the generations of Indigenous women who came before her and those who will come after her. Her songs are a testament to the strength and determination of these women, who often face limited opportunities and significant challenges in rural areas of Guatemala.

In her community, many women become wives, mothers, and muchachas—live-in domestic workers or housekeepers. Parents often encourage their daughters to stay home from school to raise younger siblings or start earning an income by selling trinkets or cleaning homes in Guatemala City. Through her music, Sara challenges these norms and advocates for greater opportunities and equality for Indigenous women.

Sara’s commitment to Indigenous peoples and humanity goes beyond her music. She has been a vocal advocate for Indigenous rights and social justice, using her platform to raise awareness and inspire change. In 2019, she performed in Tijuana to protest against the construction of Donald Trump’s border wall. This performance was a powerful statement against the division and discrimination faced by Indigenous and migrant communities. Her participation in this protest demonstrated her dedication to fighting for the rights and dignity of all marginalized people.


El 30 de junio de 2024, el escenario Cuatro Direcciones del Festival de Folclor Smithsonian en el National Mall en Washington, D.C., fue honrado con la poderosa presencia de Sara Curruchich. Este evento, parte del programa Voces Indígenas de las Américas, destacó la rica herencia cultural y las contribuciones artísticas de artistas indígenas. Sara Curruchich, la primera artista indígena guatemalteca en cantar en Kaqchikel para una audiencia internacional, cautivó a todos con su evocadora actuación.

La trayectoria de Sara Curruchich como músico está profundamente arraigada en su herencia indígena. Nacida en San Juan Comalapa en las tierras altas del oeste de Guatemala, Sara pertenece al pueblo Kaqchikel, uno de los muchos de la comunidad Maya. Su música combina elementos de rock, folk y tradicionales Kaqchikel mayas, creando un sonido único que resuena tanto en audiencias contemporáneas como tradicionales. Acompañada de marimba, bajo y percusión, sus canciones son una vibrante celebración de su identidad cultural.

Sin embargo, la música de Sara es más que una expresión artística. Es una voz de resistencia y celebración. En un país donde el 79% de los pueblos indígenas viven en la pobreza y las oportunidades educativas son escasas, sus canciones destacan las luchas y los triunfos de las mujeres indígenas. A través de su música, Sara arroja luz sobre los problemas sistémicos enfrentados por su comunidad, incluyendo la pobreza, la falta de educación y una cultura de machismo profundamente arraigada.

La música de Sara rinde homenaje a sus ancestros femeninos y su resistencia frente a la opresión. Ella canta no solo por sí misma, sino también por las generaciones de mujeres indígenas que vinieron antes que ella y las que vendrán después. Sus canciones son un testimonio de la fuerza y determinación de estas mujeres, quienes a menudo enfrentan oportunidades limitadas y desafíos significativos en las áreas rurales de Guatemala.

En su comunidad, muchas mujeres se convierten en esposas, madres y muchachas —trabajadoras domésticas o asistentes de hogar. A menudo, los padres animan a sus hijas a quedarse en casa para cuidar de sus hermanos menores o empezar a ganar dinero vendiendo baratijas o limpiando hogares en la Ciudad de Guatemala. A través de su música, Sara desafía estas normas y aboga por mayores oportunidades e igualdad para las mujeres indígenas.

El compromiso de Sara con los pueblos indígenas y la humanidad va más allá de su música. Ha sido una defensora vocal de los derechos indígenas y la justicia social, utilizando su plataforma para crear conciencia e inspirar cambios. En 2019, se presentó en Tijuana para protestar contra la construcción del muro fronterizo de Donald Trump. Esta actuación fue una poderosa declaración contra la división y la discriminación enfrentada por las comunidades indígenas y migrantes. Su participación en esta protesta demostró su dedic